Capítulo veintiséis. {ST}

-Puedes venir a mi casa

-¿Estás segura? no quiero molestar a quien viva contigo ni a ti

-No vivo con nadie tranquilo y a mi no me molestas

-Gracias de verdad

-De nada, te dejo vivir en mi casa con una condición.- me asusté

-¿Cuál?

-Que me ayudes a poner algunos muebles, yo sola no puedo y tú que estás muy fuertote me puedes echar una mano.- reí cuando dijo ''fuertote''

-Claro, te ayudaré

-Gracias rubio, bueno ¿a qué esperas?

-¿A qué espero de qué?

-A venir a mi casa a ayudarme tonto

-Oh, ¿puedo ir ya?

-Claro va, date prisa y mueve el trasero

-Ya voy

-Hasta luego Dani

-Adiós Patri

{....}

El bebé cada vez era más inquieto, daba alguna que otra patada, una de ellas me dolió pero no le di mucha importancia.

-¿Vas a dejar comer a tu madre?.- dije mirando mi barriga y él respondió con otra patada.- lo tomaré como un no.- me levanté y lavé mi plato. Miré la hora y eran las cinco de la tarde, estaba bastante aburrida en casa, llevaba varios días sin salir y los dos necesitábamos tomar el aire. Cogí ropa cómoda y me vestí, puse un poco de maquillaje en mi cara, me hice una coleta, cogí las llaves y me marché.

-A ver si naces ya peque.- suspiré

{....}

-¿Dónde dejo esto Pat?.- pregunté sujetando una lámpara 

-Tienes dos opciones, a, en esa mesilla o b en la otra mesilla, donde prefieras.- me contestó desde la otra habitación

-De acuerdo Pat

-Vaya, me pones muchos apodos

-Me gusta llamarte así, Pat.- sonreí dejando la lámpara en una de las mesillas

-Ay Danonino

-Eh, un respeto

-No te quejes tanto y mueve ese armario

-Ya voy tonta.- fui y moví el armario hasta donde me dijo, no era muy grande pero pesaba bastante.-madre esto me supera

-Eres un machote fuerte, tú puedes

-Ya está, a ver si compras muebles menos pesados, dios mio.- dije apoyándome en la pared

-No a sido para tanto

-Claro, yo he cogido lo más grande

-Que exagerao eres, toma anda.- me dio una toalla

-Gracias

-Nada, ¿quieres algo de beber?

-Si, ¿tienes coca-cola?.- pregunté apoyado aún en la pared

-¿Cómo eres capaz de preguntarme eso? estás hablando con la reina de la coca-cola

-Oh, ¿me hace usted el favor, señora reina de la coca-cola darme una?

-Por supuesto, baje abajo y a la derecha está la cocina, abra la nevera y tendrá su coca-cola

-Gracias.- bajé a la cocina, abrí la nevera y cogí la lata, la abrí y decidí salir a fuera para airearme un poco, me senté en un banco de la entrada y ahí me quedé.

{....}

Escuchad esta canción  http://www.youtube.com/watch?v=ux5HTH-II_w a partir de aquí plss.

  

Pasé por algunas tiendas y compré ropa para el bebé, tomé un café en un bar cerca, estaba dispuesta a irme a casa pero algo me detuvo, él. Lo vi sentado en un banco bebiendo una coca-cola, no conocía la casa en donde estaba, seguí andando y una chica salía de allí con dos cajas, sabía quien era, Ángeles me lo contó todo. Observé su cara, él sonreía con ella y aunque yo no quisiera reconocerlo me dolía, podría ser capaz de fingirlo por fuera pero por dentro estaba destrozada y no podía, a estas alturas debería comprarme un corazón nuevo.

Estaba harta de todo, de él, de mi, de esta vida de mierda, solo quería desaparecer, hacer que todo esto no hubiera existido y comenzar mi vida desde cero pero por desgracia no puedo volver al pasado aunque lo desee con todas mis fuerzas. Aceleré el paso, no quería ver más pero por mala suerte de nuevo el bebé me estaba dando patadas y eso no era buena señal, no dios, aquí no. No podía seguir andando, caí al suelo de rodillas y noté que alguien me sujetaba para no hacerme daño, de nuevo era él.

-¡______! ¿estás bien?.- me preguntó y negué.- ¿qué te pasa?

-No necesito tu ayuda.- ni siquiera le miré y sé que le dolieron esas palabras

-Sube al coche.-

-No

-Estás rompiendo aguas, sube, no quiero discutir aquí.- me cogió de la mano y la solté

-Yo no sé si hablo en español o en chino pero parece ser que no lo entiendes, no necesito ni quiero tu ayuda, más claro no puedo decírtelo pero si más alto.

-______ o subes o te subo

-¿Quieres que la lleve yo?.- dijo Patricia

-La que faltaba.- contesté

-No Pat, yo la llevo

-Te puedes quedar con ella eh, yo puedo ir sola.- en un pis pas Dani me cogió de la cintura y me llevo hasta el coche, abrió la puerta y no sé como lo hizo pero en diez segundos ya estaba con el cinturón abrochado.

-¿Seguro te encuentras bien?.- preguntó él abrochándose el cinturón y arrancando el coche, no le contesté.- ¿no crees que ya es suficiente?

-¿El qué? 

-Todo esto

-No es suficiente, para mi no.- miré por la ventana

-Escúchame.-suspiró.- te echo de menos

-Seguro.- seguí mirando la ventana

-Te lo estoy diciendo en serio.- 

-Que si, date prisa, él no espera

-¿Él? ¿es chico?

-Si

-¿Y por qué no me avisaste?

-No tenía porque hacerlo

-¡______ por dios! soy su padre, tengo derecho

-Tendrás todo el derecho pero no te lo mereces

-Me sacas de mis casillas, hay veces que te pones insoportable

-¿Perdona? ¿y de quién es la culpa eh? ¿mía?

-Sé que no pero por favor deja de tratarme como si te diera asco

-Maldigo el día en el que fui a Londres y entré por esa puerta.

-¿De verdad piensas eso?

-Si

-Vaya.- 

-¿Ya hemos llegado?

-Si.- aparcó el coche, salió y me abrió la puerta.- dame la mano

-No estoy coja sé andar

-Quiero ayudarte, déjame intentarlo

-No, no quiero que me toques ni me digas nada, no te quiero en mi vida entiéndelo 
-No me hagas esto ______
-Que estemos así lo has provocado solo tú
-No me vas a creer así que mejor no te digo nada
-¿Qué me amas? ¿eso ibas a decirme? ya no creo nada de lo que sale de tu boca, tantas mentiras me han hecho saber quien eres en realidad
-Entremos


{....}


Había dilatado solo tres centímetros y necesitaba por lo menos diez, estaba echada en una camilla, tenía sueño, esto me estaba dejando muerta y aún faltaban siete centímetros por dilatar, no sé si aguantaré. Miré la hora y eran las seis y cuarto, estaba sola en la sala, de vez en cuando entraba la doctora para mirar si había conseguido llegar a los diez. La vista se me empezaba a nublar, quería dormir pero me interrumpieron.

-Ey, no puedes dormirte.- susurró
-¿Qué haces aquí?.- 
-Estar contigo y esperar a qué nazca.- 
-Vete por favor, vete
-Voy a quedarme contigo, no quiero que estés sola
-Me haces daño Daniel, te lo estoy pidiendo por favor, márchate.- mis lágrimas caían y a él le faltaba poco para lo mismo.
-Está bien.- suspiró y se levantó.- ¿me dejas decirte algo antes de irme?.- no contesté.- mira ______ sé que nunca te enamoré y que nunca te emocionaste por mi. Sé que estando lejos no te acordabas de mi ni me echabas de menos, perdí totalmente la cabeza por ti, te busqué y tú te alejabas cada vez más. Escuché millones de consejos pero seguía haciendo lo mismo sin saber que te estaba haciendo daño. Te lloré, te amé, te esperé, te eché de menos, te volví a llorar y yo seguía en lo mismo. No es fácil olvidar así de la nada cuando amas, tampoco es fácil fijarse en otra persona cuando tienes a alguien en la cabeza pero tú nunca entendiste lo que yo sentí por ti la primera vez que te vi, nunca fuiste capaz de ver que te amaba de verdad, que siempre pensaba en ti y que nunca estuve tan pendiente de alguien. Nunca te fijaste en todas las veces que me preocupaba cuando estabas mal pero todo se supera, todo pasa, al principio duele y cuesta no buscarte pero sé bien una cosa, puedes estar con quien quieras pero si hay algo que sé que nunca va a pasar es que jamás nadie te va a amar ni llorar de la manera que lo hice yo, jamás.