Capítulo cinco. {ST}

-Buenos días Christian grey.-sonrió _____ besando el cuello a Dani.
-Buenos días Anastasia Steele.- le susurró Dani en la oreja.
-Uy ¿te has leído los libros?.- pregunté
-Si, ¿qué te has pensado que soy? ¿un inculto?.- rió Dani.- ¿qué tal a dormido hoy mi esposa favorita?.- me pregunta besándome la frente.
-Que yo sepa solo tienes una esposa idiota.- sonrió y me pongo encima suyo mientras él me sujeta de la cintura.
-Perdóneme señorita Fernández, no quise ofenderle.- me miró muy atento acariciando mis piernas.
-Que bien suena eso aunque me ofendió.- me mordí el labio.
-Aún así no has respondido a mi pregunta.- sonrió
-He dormido muy bien marido número tres.- su sonrisa desapareció al instante.- es broma estúpido.- me acerqué y le besé.- para mi solo estás tú, nadie más.
-Te amo _____.- se sienta en la cama conmigo aún encima.- eres preciosa.- me mira tiernamente.
-¿De nuevo intentas que me sonroje? lo consigues muy fácilmente.- revoloteo su pelo un poco.
-Soy un experto, ya me conoces.- me guiña el ojo
-Uy un experto dice, ¿en qué?.- levanto una ceja
-Ya lo sabes tú bien.- junta su frente con la mía.- ¿recuerdas la mermelada verdad?.- me mira provocando.
-No me lo recuerdes, paso mucha vergüenza y si me miras así más.- me sonrojé
-No me niegues que no lo pasaste bien, sé que disfrutaste, y mucho.
-Cállate.- me tapé la cara con las manos por vergüenza.
-No te tapes, me gusta observarte.- me quita las manos y me besa.
-Voy a preparar el desayuno, ¿qué quieres?.- me levanto, cojo su camisa y me la pongo.
-Te ves genial con mi ropa.-sonríe.- con unas tostadas y tortitas es suficiente, gracias.

Narrado por _____

Bajé a la cocina, cogí lo necesario, encendí el fuego, puse la sartén, el aceite y batí los huevos, sentí unas manos en mi cintura y metí un pequeño salto.


-Tonto, casi me quemo.- él apoyó su cabeza en mi hombro.
-Lo siento.-me besó el cuello.- huele muy bien.
-Dani, no me distraigas que conozco tus intenciones.- saqué las tortitas y las puse en los platos.-dame el sirope de chocolate por favor.- Dani me lo entregó, me cogió de la cintura y acercó su boca a mi oído.
-¿Probamos con un nuevo sabor?.- preguntó seductor, sabía a lo que se refería- lo podemos pasar igual de bien como con la mermelada.- sonrió en mi oído y no pude resistirme a estremecerme.
-Dani, tengo hambre.- le miré
-Boba, está bien desayunemos.- me besa tiernamente.- de mi no te libras.- me guiña un ojo. Dani se sentó en una silla y me sentó encima suyo de lado. En la mesa había tortitas, tostadas y también preparé zumo de naranja.
-Abre la boca.- Dani me hizo caso y le puse un trozo de tortita.
-Que bien cocinas.- mastica y me besa
-Sabes a sirope.- sonreí y él también
-Tú sabes mejor que el sirope.- ríe Dani.
-Eres tan tonto, me dan ganas de achucharte.- le cojo de los mofletes.
-Adelante, soy todo tuyo.- me mira con sus ojos penetrantes.- ¿cómo eres tan preciosa _____?
-Soy normal, tú eres el precioso, te quiero tanto.- lo abrazo fuerte, sentía que debía tenerlo cerca, dentro de unos meses se iba a marchar y lo iba a echar muchísimo de menos.
-¿Por qué lloras _____?.- me acaricia la mejilla.
-Porque te vas a marchar, no quiero que te vayas.- ella le miró a los ojos y él también estaba a punto de llorar.
-No llores ¿vale?, no me voy a ir para siempre cielo, voy a volver, ya lo verás, quizás no estaré contigo pero te tendré en mi corazón, eso no lo dudes ¿de acuerdo?.- cogió mi mano y la puso en su corazón.
-¿Y qué haré yo aquí sola durante un año?.- le miré triste y él me abrazó.
-Ojalá pudieras venir conmigo _____, te juro que si me dejaran te llevaba conmigo a todas partes pero no puedo, no me lo permiten.- me cogió la cara con sus dos manos

{....}


-¿Pero qué haces Dani?.- le miré
-Intentar tender la ropa.- sonrió como un niño pequeño
-Ay, que bobo eres, anda déjame a mi y ves a preparar la cena.- sonrió y me dio un beso en la mejilla.

Le quería tanto que se me iba a hacer muy difícil no tenerlo conmigo durante un año, estaría sola prácticamente, aunque bueno, podría visitar a las chicas, quizás Ángeles y Carlos estén preparando su boda, a saber. Terminé de tender y dejé todo en su sitio, Dani me llamó y fui a la cocina.

-¿Qué has hecho para cenar bobo?.- sonreí sentándome en frente suyo.
-Sopa, espero que te guste.- me sonrió e hice lo mismo, comenzamos a cenar y hablamos de cosas, algunas con sentido, otras no.
-Ya lo recojo yo Dani.- me levanté
-No, yo lo recojo, traigo el postre ¿y vemos la tele?.- asentí, él fue a dejar los platos y trajo dos trozos de tarta de chocolate, tenían una pinta muy buena.- Aquí tienes
-Gracias rubio.- le guiñé un ojo
-_____.- pronunció
-Dime
-Tenía pensando que nos podríamos quedar a vivir aquí.- me miró cogiendo una porción de tarta
-¿Aquí?.- asintió él.- ¿no crees que estamos demasiado lejos de nuestros amigos y familiares?.-
-Si, lo sé pero aquí me siento bien, vuelvo a mi infancia y eso me hace feliz pero si tú no quieres no tenemos porque quedarnos, lo que más me importa es que tú seas feliz.- sonreí con ese comentario y le di un beso
-Está bien Dani, nos quedamos aquí, me gusta esta casa.- él sonrió.- por cierto, la tarta está riquísima, ¿la has hecho tú?
-Mm se podría decir que si.- 
-A parte de cantante te me haces cocinero.- reímos los dos
-Y también soy un torturador sexual profesional.- cuando escuché eso me quedé quieta, él me estaba mirando y yo levanté mi mirada, sabía que cuando me miraba con esos ojos tenía sus motivos y ya sabéis que motivos.